JUDESUR
Y LA PÉRDIDA DE CONFIANZA (Parte II)
En nuestra última entrada de este blog,
comentamos acerca de la sorprendente
decisión que adoptó, por mayoría, la junta directiva de JUDESUR en su primera
sesión del nuevo período, despidiendo a la directora ejecutiva interina,
aduciendo pérdida de confianza (si no lo ha leído, puede hacerlo en este enlace
https://erickmirandacr.blogspot.com/).
Unos días después -y como en pueblo chico todo se sabe-, llegó a mi
escritorio y a mis oídos, la información de que, aparentemente, en algunos, -repito,
solo en algunos-, integrantes de la novel junta, mi comentario causó escozor, al
punto que se habló de denuncias y demandas. Esto me tiene sin cuidado y no es
el tema de este nuevo comentario. Basta con recordar a los estimables directores
que eventualmente se pudieron sentir ofendidos, que no tienen razón para hacerlo.
Como funcionarios públicos que son, se encuentran expuestos y están sometidos a
la crítica, al escrutinio y también a la duda y al reclamo del público. No les
ampara inmunidad alguna. No se enojen por el libre ejercicio de la libertad de
expresión y de opinión, ampliamente garantizada por la Constitución Política y
por la Sala Constitucional. Y si gustan lo debatimos en cualquier foro.
Pero bueno, ese no es el tema que hoy me ocupa, sino uno más sustancial
e importante, que expongo de seguido.
Resulta que también llegó a mis oídos y a mi
escritorio, que la causa de la pérdida de confianza y consecuente despido de la
directora ejecutiva interina, con la cual, aclaro nuevamente, no tengo ninguna relación
profesional, comercial o de amistad, fue una denuncia interpuesta por alguna
persona ante la Contraloría General de la República por presuntas anomalías en
el cargo.
Este servidor, en mi condición de ciudadano, me alegré
profundamente de ese ímpetu de transparencia y de cumplimiento del marco de
legalidad con el cual aparentemente se ha actuado (aunque debo confesar que, en
mi condición de abogado litigante acostumbrado al debido proceso, pensé que se
hubiese agradecido la concesión de un mínimo de garantías de defensa).
Pero, me alegré mucho, como ciudadano, porque la Junta
Directiva ha establecido un muy sano precedente, que estoy seguro van a cumplir,
con mucha mayor razón, los proponentes y los votantes de la moción de despido. Y esto debe alegrarnos a todos los ciudadanos.
Y es que, a partir de ahora, repito, bajo tal precedente,
es de suponer que ante el conocimiento tácito o expreso, mediante denuncia
directa o indirecta, en contra de alguno de los miembros de la Junta Directiva
de Judesur por cometer cualquier presunta anomalía o desviación de poder,
aunque no haya sido demostrada, por mínima que esta sea, la persona señalada
inmediatamente presentará su renuncia, dignificando con ello su voto. Y,
además, y esto no deja de ser de toral importancia, si la persona presuntamente
infractora, no presenta de forma voluntaria su renuncia, el resto de los
integrantes del colegio de forma inmediata se lo señalarán y procederán a
solicitársela.
Solamente así se confirmará que lo actuado fue por
transparencia y no por otras razones. Sin olvidar, desde luego, el sabio adagio
popular: “Lo que es bueno para el ganso…”.
Su
servidor de siempre,
Erick
Miranda Picado
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