EL PORTAL DEL BOSQUE
Había una vez un pequeño pueblo llamado
Hamshpire, situado en lo profundo del bosque. En este pueblo vivían varios
niños que siempre se sentían atraídos por el bosque, a pesar de las
advertencias de los adultos sobre los peligros que se escondían allí.
Una tarde, un grupo de niños decidió
escaparse del pueblo y aventurarse en el bosque. Mientras caminaban,
descubrieron un extraño árbol con raíces enredadas y ramas retorcidas que
parecían formar una especie de portal. Sin pensarlo dos veces, los niños se adentraron
en el portal y, al otro lado, se encontraron en un lugar oscuro y tenebroso.
Los niños empezaron a caminar por el bosque
oscuro, pero pronto comenzaron a sentir que algo les seguía. Se giraron y
descubrieron una figura alta y oscura que parecía estar observándolos.
Aterrorizados, los niños comenzaron a correr, pero la figura les siguió hasta
que llegaron a un claro en el bosque.
En el centro del claro había un pozo
profundo y oscuro. Sin darse cuenta, los niños habían caído en una trampa
preparada por el malvado espíritu del bosque, que quería atraparlos y nunca
dejarlos salir. En el fondo del pozo, las víboras y las serpientes acechaban a
los niños, listas para atacar.
Los niños se dieron cuenta de la trampa,
pero era demasiado tarde. Las víboras y las serpientes comenzaron a atacarlos y
los niños se sintieron cada vez más asustados y atrapados en el pozo oscuro.
Pero entonces, uno de los niños recordó algo
que su abuela le había dicho: que para vencer el mal, debía pronunciar las
palabras "Amor, Fe y Esperanza". Los demás niños se unieron y
pronunciaron juntos las palabras mágicas. De repente, la figura oscura comenzó
a desvanecerse y la luz comenzó a brillar en el pozo.
Las víboras y las serpientes comenzaron a
huir y los niños lograron salir del pozo. Corrieron de regreso al portal que
los había llevado allí, y pasaron por el árbol. Las ramas y las raíces
comenzaron a moverse y se cerraron detrás de ellos, dejando atrás el malvado
espíritu del bosque y las criaturas que lo habitaban.
Los niños regresaron a su pueblo, donde
fueron recibidos con los brazos abiertos por sus familiares y amigos. Nunca más
volvieron a aventurarse en el bosque, pero siempre recordaron la importancia
del amor, la fe y la esperanza para vencer cualquier mal que pudiera aparecer
en sus vidas.